Nuestra Acción Pastoral

 

LA PASTORAL HFI:

La razón de ser de la misión HFI es acompañar el crecimiento integral de los alumnos y llevarlos al compromiso con unos valores acordes con la visión humana y cristiana de la vida.

Entendemos que educar es primordialmente capacitar para vivir en el tiempo propio. Por ello, la comunidad educativa estimula a los alumnos y alumnas para que adopten una actitud positiva, libre y decidida ante nuestra propuesta de valores, de modo que consigan orientar su vida con pleno sentido.

Esta propuesta se concreta en:

  • Desarrollar la libertad.
  • Promover la justicia y la paz.
  • Suscitar la solidaridad.
  • Estimular la amistad y la acogida.
  • Despertar el agradecimiento y la sencillez.
  • Fortalecer la responsabilidad. 
  • Contagiar la alegría existencial.
  • Cultivar la interioridad.

 

EXPERIENCIA DE FE:

La referencia primordial de la experiencia de fe es el Evangelio, que transmitimos y comparamos a través de una visión de la pastoral dinámica y comunitaria, con estas características de nuestra Pastoral:

  • Encarnada, enraizada en la realidad.
  • Mística, buscadora de la relación e intimidad.
  • Profética, basada en el panorama ético de las bienaventuranzas.
  • Generadora de comunidad

 

ESTA ES NUESTRA ACCIÓN PASTORAL:

La vida cristiana se vive en un contexto de colaboración con todos los que trabajan por una renovación de la vida humana en el mundo. Lo original del cristianismo radica en la experiencia personal y comunitaria del seguimiento de Jesús, en el interior de la construcción de la historia, desde la alegría del Evangelio.

Queremos aprender a hacer y realizar una lectura creyente de la realidad y a ver a Dios en la vida y obras de los hombres y mujeres, en la creación, en los anhelos, sueños y esperanzas… en todas las cosas. Deseamos educar desde la libertad interior, para que todos y cada uno lleguemos al conocimiento personal y experiencial de Jesús y, desde ahí, poder descubrir el sentido de la vida y la importancia de optar y vivir cuidando la vida propia y la de los otros, experimentar lo que nos hace más humanos y felices, y obtener la fuerza necesaria para denunciar todo lo que signifique una agresión a la dignidad de la persona. En palabras de la Madre Francisca, “el amor en expansión” que se derrama en toda la obra de misión de nuestro colegio La Purísima Franciscanas, que van llevando adelante todos los que se sienten implicados a la espiritualidad propia del carisma.

En nuestro colegio queremos presentar una Iglesia “que es un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y paz para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando”, una Iglesia que sea y anuncie Buena Noticia para todos.

Por todo ello, la evangelización y la animación pastoral en nuestro centro se inscriben, se realizan y se coordinan en el marco de unos contenidos concretos. Estos vertebran todo cuanto nos disponemos a llevar adelante allí donde anunciemos la Buena Noticia de Jesús de Nazaret. Dichos contenidos, aun siendo complementarios e interdependientes, están estructurados en contenidos antropológicos, teológicos, cristológicos, eclesiológicos, experienciales, éticos y espirituales, queriendo así subrayar los fundamentos y las opciones de fondo que nuestra tarea evangelizadora tiene y propone para todos los proyectos y acciones, a nivel local e intercolegial, que se lleven a cabo desde y en la misión de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada.

 

 

¿QUÉ PERSONA?

Queremos ofrecer una formación integral que haga de los valores cristianos el núcleo de referencia alrededor del cual se forma la personalidad y se madura como persona, con una visión de esperanza, crítica y optimista de lo que pasa en el mundo.

  • Concebimos a la persona creada a imagen y semejanza de Dios, persona en relación, llamada a colaborar con él en todo lo creado.
  • Una persona íntegra (integrada y equilibrada), con dimensiones fundantes de su dignidad, interrelacionadas entre sí, complementarias y todas ellas necesarias: Dimensión física, corporal;
  • Dimensión afectiva, emocional; Dimensión social, relacional; Dimensión intelectual y Dimensión interior, espiritual, trascendente.
  • Que esa integridad le haga fuerte frente a las adversidades.
  • Una persona implicada con la realidad en la que vive, comprometida, disponible, capaz de creer en el Evangelio, no sólo como utopía, sino como una opción de vida.
  • Una persona en proceso de crecimiento, que reconoce la propia debilidad, que está abierta a crecer, que trabaja la solidez interior, la constancia, la capacidad de superación, el auto-conocimiento, la autoestima y la aceptación de los demás.
  • Una persona libre.
  • Una persona positiva, apasionada, reflexiva, creativa, comunicativa y asertiva.
  • Una persona sencilla, austera, humilde, solidaria, con espíritu crítico, soñadora y sincera.
  • Una persona realista y esperanzada.
  • Una persona capaz de ilusionarse por el saber, por el conocimiento, que valora el esfuerzo.
  • Una persona con un proyecto de vida comprometido en la transformación de la sociedad.
  • Una persona vertebrada por la interioridad que fundamenta y dibuja horizontes en su vida.
  • Una persona auténtica, en busca permanente de la Verdad.
  • Una persona con una sana religiosidad y con una escala de valores bien fundamentados.
  • Una persona profundamente humana y profundamente espiritual.

Este proceso no se realiza en solitario, sino junto a otros. Tiene, por tanto, unos referentes que son la familia, los amigos, la comunidad educativa, la sociedad y el mundo. Así, las relaciones interpersonales, tan presentes en nuestra experiencia fraterna, comunitaria, pedagógica y pastoral, se establecen desde el respeto, la igualdad y la inclusión, sin discriminaciones de ningún tipo: ni culturales, ni religiosas, ni de género.

 

 

¿QUÉ DIOS?

El Dios que en Jesucristo se da a conocer:

  • Dios que es Padre y Madre, que envía al Hijo, que resucita a Jesús y nos envía el Espíritu Santo, Espíritu que permanece, aglutina y vivifica la vida de la Iglesia.
  • Que es cercano y providente.
  • En el que se puede confiar.
  • Que es fundamento y razón primera de la fraternidad.
  • Que es bueno, paciente y misericordioso.
  • Que incluye, une, agrega, alza, perdona, dignifica, libera, hace feliz.
  • Que habita en lo más profundo del corazón humano y se revela en lo cotidiano de la vida.
  • Que apuesta por la persona, la cuida.
  • Que no cabe sólo en palabras: es experiencia y encuentro personal, se expresa en símbolos, acciones, compromisos, testimonios, acontecimientos y en la propia creación.
  • Sale al encuentro del hombre y de la mujer, les busca, tiene un proyecto para su vida.
  • Que se define a sí mismo como amor y actúa en la historia liberando desde la compasión y la caridad.
  • Que es Todo bien, Sumo Bien.
  • Que en Jesucristo se da a conocer a la humanidad como Salvador.
  • Que acompaña a la humanidad desde el respeto y la confianza infinita en los hombres y mujeres.

 

¿QUÉ JESÚS?

Todos los escritos del Nuevo Testamento coinciden en mostrarnos en Jesús dos pasiones: Dios y la persona. El centro de sus palabras, de sus obras, de sus gestos y de su comportamiento es Dios que nos crea para ser felices, creciendo y realizándonos como personas. El Dios siempre bueno que sueña un mundo de hijos e hijas, hermanos y hermanas, y que para ello tiene un proyecto totalmente realizable: el Reino de Dios y su justicia.

En nuestro colegio queremos anunciar:

  • Al Jesús del Evangelio.
  • Un hombre íntegro e integrador.
  • Que mantiene una relación única con su Padre Dios y nos lo revela.
  • Que es rostro de Dios y nos muestra a Dios misericordioso y fiel.
  • Que busca hacer la voluntad de Dios y en la búsqueda fundamenta su libertad.
  • Que es Buena Noticia para todas las personas, con preferencia por los más pobres.
  • Que está comprometido con el más débil y voz de los excluidos.
  • Que es firme y fiel en sus propuestas y en sus compromisos.
  • Que mira a todos los seres humanos como hermanos e hijos de un mismo Dios, sin excluir a nadie.
  • Que es un hombre de su tiempo, cercano, amigo, servidor y entregado.
  • Que se rodea de un grupo de discípulas y discípulos con quienes hace proceso.
  • Que escucha y respeta a la persona que tiene delante, cuestiona y provoca con sus parábolas para que cada uno diga su propia palabra.
  • Que enseña, invita, acompaña, predica y comparte con su vida.
  • Que no entiende de componendas, busca, vive, dice y defiende la verdad.
  • Que es libre ante el poder que genera la injusticia.
  • Que busca el silencio, se retira, escucha para dar respuesta.
  • Que discierne en oración las principales decisiones a tomar.
  • Que se manifiesta como un hombre que observa, conoce y ama la naturaleza, de ella habla en sus parábolas y en ella descubre la acción de Dios.
  • Que experimenta la soledad, el miedo, la decepción y el fracaso como nosotros y lo asume por fidelidad al Padre.
  • Que propone, no impone, un estilo de vida alternativo al marcado, y que se caracteriza por el compartir y la solidaridad con los más desamparados, rompiendo barreras y construyendo puentes.
  • Que es amigo de la vida, que se opone a toda fuerza que destruye y deshumaniza.
  • Que invita a su seguimiento a hombres y mujeres y con ellos crea una nueva familia donde crece y se alimenta la utopía del Reino.
  • Que denuncia todo aquello que atenta contra la dignidad de la persona.
  • Que muere y resucita para darnos vida y vida en abundancia.
  • Que su presencia y palabra no deja indiferente a nadie.
  • Que da siempre la última palabra al AMOR misericordioso.

En definitiva, queremos anunciar y dar a conocer a un Jesús cuyo criterio de actuación fue la compasión, cuya meta fue la dignidad de los últimos, cuyo programa la acción curadora y cuyo último horizonte fue el perdón.

 

¿QUÉ IGLESIA?

Nuestro proceso evangelizador pretende ayudarnos y ayudar a las personas con las que trabajamos a incorporarse a la comunidad de los creyentes en Jesús, descubriendo con ella y en ella el sentido de pertenencia a la Iglesia, Pueblo de Dios en camino.

En nuestro colegio queremos presentar una Iglesia que es:

  • Luz de las gentes, solidaria con las esperanzas y gozos, con las angustias y tristezas de todos los hombres y mujeres.
  • Sacramento de salvación, señal visible del Reino de Dios anunciado por Jesucristo.
  • Comunidad de comunidades, expresión de la comunión de Dios en la historia, con los hombres y mujeres de este mundo.
  • Compuesta por personas, y, por tanto, vulnerable, con aciertos y errores.
  • Comunidad de hombres y mujeres que oran y sirven en el nombre del Señor Jesús
  • Sacramento de la comunión de los hombres entre sí y con Dios: pueblo constituido para la comunión de vida, de amor y de verdad.
  • Comunidad convocada por Jesús para una tarea misionera y evangelizadora.
  • Comunidad que busca hacer realidad su proyecto.
  • Peregrina y misionera, evangelizadora, en posesión de una Buena Noticia decisiva para la humanidad.
  • Comunidad que anuncia sin descanso la vida entregada y resucitada de Jesús; vida a través de la cual Dios perdona y se reconcilia con toda la humanidad.
  • Comunidad que anuncia con alegría la Buena Noticia del Reino y su experiencia de Dios.
  • Comunidad abierta al mundo, movida y guiada por el Espíritu de Jesús al servicio del Reino, que vive las Bienaventuranzas de una forma viva y dinámica.
  • Comunidad en la que la causa de los pobres es el primer y más importante criterio de actuación.
  • Acogedora, inclusiva, solidaria, dialogante, profética, diversa, global, abierta al soplo del Espíritu.
  • Comunidad que escucha, comparte, abierta al diálogo.
  • Desapropiada, austera, sencilla, cercana, liberadora y acompañante.
  • Comunidad que se posiciona comprometida ante la realidad estando al servicio de los preferidos de Jesús: los pequeños, los enfermos, los pobres, los desvalidos... los más necesitados de Buena Noticia.
  • Comunidad que ora y escucha la Palabra de Dios, que celebra y se reúne en torno a la eucaristía.
  • Fiel al ministerio de Pedro.
  • Mediadora en los conflictos, apaciguadora en los enfrentamientos y portadora de un mensaje de justicia y paz universal.
  • Profética, que planta cara a los poderes de este mundo y que constantemente busca la voluntad de Dios.
  • Humilde, audaz y vanguardista.
  • Que sabe que amar más y seguir a Jesús es lo fundamental de su ministerio.
  • Comunidad con un ministerio de unidad, que trabaja para que no haya ninguna división.Casa y hogar, estilo y espacio en el que todos encuentren un lugar donde ser y donde encontrar razones para seguir esperando.
  • Siempre en proceso.

 

¿QUÉ FE?

La fe es un don que crece y se desarrolla con la propia persona. En este proceso, entramos en contacto personal con Dios, hasta llegar a un encuentro en el que la fe que surge como un diálogo “llamada-respuesta” va conformando el proceso personal, a través de experiencias y elecciones en busca de sentido.

En nuestra experiencia y modo de evangelizar creemos que la fe:

  • Es un don y una responsabilidad. Implica comprometerse en una misión.
  • Es acogida, adhesión, confianza y experiencia de fidelidad del Dios de Jesús.
  • Nace del encuentro con Jesús, porque dentro de cada uno está la necesidad de búsqueda de sentido.
  • Está enraizada en el ser personal, en todas las dimensiones, es procesual y se expresa en la vida.
  • Se manifiesta en experiencia de oración.
  • Es vivencia y experiencia que desarrolla la interioridad de toda persona.
  • Reconocida como don y, a la vez, opción personal, compartida, vivida y expresada con los otros.
  • Respeta otras opciones personales.
  • Tiene una dimensión/manifestación pública, comprometida, política, solidaria… en el mundo en el que vivimos, con el testimonio personal y el servicio.

 

¿QUÉ MORAL?

En nuestro Colegio La Purísima Franciscanas creemos y apostamos por un proceso evangelizador que ayude al crecimiento moral de las personas en una sociedad plural, donde se han de respetar los valores humanos.

Dicha moral brota, para nosotros, como cristianos, del evangelio de Jesús y del espíritu franciscano de Francisco y Madre Francisca.

En nuestro colegio proponemos una moral:

  • De actitudes.
  • Basada en la asunción del evangelio de Jesús, con la visión y el estilo de vida de Francisco de Asís y Madre Francisca de Moncada.
  • Que se posiciona ante los problemas.
  • Expresión verdadera de lo que se cree y en quién se cree.
  • Una moral incluyente, comprensiva, dignificadora y liberadora.
  • Una moral que hace a los individuos responsables de sus actos.
  • Una moral que presenta un tipo de familia, de afectividad y de sexualidad basadas en el amor, en el respeto mutuo y en las relaciones humanas sanas.
  • Fundamentada en la experiencia de sabernos hijos e hijas de Dios. Este convencimiento nos obliga a amar, respetar los derechos humanos, valorar la vida y denunciar todo lo que atenta contra ella.

 

En el proceso de crecimiento moral, los destinatarios del anuncio de la Buena Nueva han de ir aprendiendo a:

  • Saber responder a la pregunta de “qué es ser una persona libre” (concepto de libertad, saber canalizar los deseos, las emociones, los sentimientos…).
  • Respetar la libertad de cada persona y adquirir la capacidad de discernir.
  • Favorecer la autonomía de pensamiento, propiciando el discernimiento y el pensamiento crítico.
  • Divertirse de manera sana.
  • Relacionarse de manera sana, ética y libre.
  • Saber utilizar las nuevas tecnologías y los medios de comunicación de masas como herramientas para el desarrollo del ser humano y de su libertad, para no caer en la dependencia y el uso inmoral de los mismos.
  • Vivir en rectitud y libertad, buscando la coherencia con actitud transparente, porque somos amados por Dios.
  • Respetar los derechos de todos los seres humanos, que nos hacen iguales en dignidad porque somos hermanos y hermanas.
  • Respetar la naturaleza como regalo de Dios para que se desarrolle el ser humano en su plenitud.
  • Luchar por la igualdad, por la no discriminación y por el respeto a los más débiles.
  • Valorar la vida y denunciar todo lo que atenta contra ella porque la vida es un regalo.
  • Vivir un amor que se recibe y, por lo tanto, brota de la gratuidad.
  • Vivir un amor que se compromete en el trabajo por la igualdad, la justicia y la solidaridad.
  • Valorar la dimensión sexual como medio de expresión del amor que es donación y entrega.

 

¿QUÉ ESPIRITUALIDAD?

Partimos de la convicción de que la espiritualidad no es un conjunto de cosas que tenemos que hacer, sino el modo cómo vivimos lo que tenemos que hacer. Un modo de vivir lo que toca hacer en cada circunstancia, con un Espíritu: el de Jesús.

Una determinada espiritualidad conlleva una determinada forma de actuar, es algo que afecta a toda la vida, por eso es importante educar en ella y desde ella. Así, entendemos espiritualidad cristiana a una manera de relacionarse con Dios, una manera de percibir a Dios, un estilo de hablar de Dios. Un camino para ir a Dios.

La espiritualidad propia del carisma HFI se caracteriza por:

  • La centralidad de la persona, artífice de su propio destino.
  • La vida fraterna que nos hace vivir como hermanos y hermanas.
  • La acogida inmediata, la premura en la respuesta a todo al que llame a nuestra puerta.
  • El cultivo de la mística misionera, de acoger a los excluidos y de acrecentar la conciencia solidaria.
  • La familiaridad con la Palabra, leída con novedad y asumida desde planteamientos nuevos.
  • Potenciar el espíritu contemplativo, la capacidad de ir integrando en nuestra vida y en nuestras relaciones la tolerancia, la acogida mutua y la cercanía al débil.
  • La unión indisoluble entre el amor a Dios y el amor al prójimo.
  • La alegría franciscana como instrumento eficaz en la misión.
  • La gratuidad evangélica que exige prontitud para dar.
  • La sencillez activa que se convierte en un trabajo y una misión que colabora en la dignificación de la persona.
  • Hacer y fomentar siempre hacer el bien.
  • La experiencia de un Dios que es Padre Bueno, Dios hermano, Dios amigo y Dios alegre.
  • El agradecimiento que abre a la sorpresa de Dios y de los hermanos.
  • Estar encarnada en la vida y en las fronteras de la exclusión social.